Christian Linder: … ¿de qué manera?
Heinrich Böll: He tomado muchas cosas a la ligera durante la guerra, distanciándome interiormente y a veces también exteriormente, artificialmente y con ironía, de tal modo que la guerra misma, con todo su sangriento aburrimiento, no ha sido tan importante como aquello que hubo antes, la amenaza, la amenaza de guerra, del terror nazi, que era muy directo, pero tampoco siempre aprehensible… Ambas cosas se han mezclado, lo abstracto y lo concreto, y cuando se concretizó en la guerra, es asombroso, pero ya no tuve tanto miedo. Porque este componente, «la inconsciencia», como la llamo, era sin duda muy fuerte en mi naturaleza; tapado por la crisis económica, el terror nazi; pero resurgió durante la guerra. Así pues, mientras yo jugaba con todo este aparato burocrático, también con el de la Wehrmacht, mientras me transponía a mí mismo…
Christian Linder: … ¿Jugaba?
Heinrich Böll: Sí, con falsificaciones, falsificando documentos, he intervenido en la burocracia, por decirlo así, simplemente no me lo quería dejar hacer todo. Sin duda alguna vez esto era algo arriesgado, pero hay que arriesgar algo para vivir. Y esta tendencia, la de la inconsciencia, era muy fuerte… Se me ocurre precisamente ahora una idea que tiene algo que ver con el escribir: las diversas posibilidades del comportamiento cobran en una situación determinada por sí solas rasgos de novela. Digamos, para citar un ejemplo simple: va a la estación y quiere ir a Wuppertal; llega pues a la estación y piensa, qué caramba, voy a tomar un tren más tarde, o antes, no importa lo que ocurra? No es más que un simple truco, pero puede llevar muy lejos. Y si recuerdo cuantas situaciones he transformado, durante la guerra, por el simple procedimiento de no ir hacia allí, sino hacia allá, a riesgo mío, y me he bajado del tren y he ido a ver a mi mujer y he esperado lo que pasaría, y he reflexionado sobre lo que hubiese pasado si hubiese obedecido la orden ¿comprende? Con ello se introduce una componente novelesca y juguetona en la propia biografía. También esto son transposiciones, como las expliqué antes. Me he estado transponiendo siempre, también en el sentido técnico-administrativo. Claro que esto también es divertido, pero, a la vez, el riesgo aumenta el miedo. Pues, si lo pescan a uno, generalmente la cosa termina mal… mire usted: también pienso en aquellas personas que no han hecho lo que yo, que han seguido el camino prescrito; que puede haber sido de ellos. Aquí precisamente interviene este rasgo novelesco en la propia biografía: gracias a la transformación del destino propiamente prescrito.
Heinrich Böll
Conversaciones con Christian Linder
Colonia, 1975
Foto: Rieles de tren